LA GENERACIÓN PRECURSORA
–TESTIMONIO.
a tarde llega a su fin. El cielo se ve hermoso, en una combinación de rojo con amarillo. El sol está descendiendo y a lo lejos vislumbro un volcán. La montaña con mayor esplendor y majestuosidad que he visto en mi vida.
Las lágrimas recorren mis mejillas cuando pienso en Tu Majestad. Si un pequeño volcán es tan majestuoso. ¡Cuán grande eres tú Señor!
Al leer el capítulo seis de Isaías imagino la grandeza de mi Dios. “En el año en que murió el Rey Uzías, ví yo al Señor sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo”. –Isaias 6:1
Cuando pienso en los mares y en su profundidad, me atemorizo. Me doy cuenta que Tú Señor, verdaderamente eres Majestuoso.
¿Quién soy yo? Por qué en ocasiones siento que nada de lo que haga hará la diferencia en este mundo, me siento tan insignificante a veces. ¿Cuándo comprenderé quién soy?
Señor, necesito conocer mi identidad. ¿Quién soy? ¿Quién soy en ti?
Tú eres majestuoso, eres grande, eres más grande de lo que mi propia imaginación pueda captar. Yo soy tu hija. Yo soy parte de ti. Tu poder está en mí, pero aún no logro comprenderlo claramente. Mi espíritu sigue latiendo esperando tu respuesta.
Comienzo a caminar más rápido esperando una respuesta de tus labios a mi corazón, pero la respuesta no llega, mis latidos son más fuertes, anhelo tu respuesta.
Me dirijo a la Casa de Oración. Tu Espíritu se mueve con poder durante este tiempo. Me ha llenas por completo. Estoy rebosante de tu presencia. Casi inadvertidamente, tú comienzas a decirme lo que mi espíritu necesitaba escuchar: –¡Cuando comprendas quién eres, entonces entenderás lo que tengo para ti! –Las lágrimas nuevamente brotan como manantial.
s un nuevo día. Sé que hay respuestas para mi hambriento corazón. Mi espíritu sabe que las respuestas están en camino. La voz de la sabiduría y de la experiencia a través de mi maestro comienza a hacerse notar.
Y mi mente de inmediato cuestiona, ¿Qué es eso de la Generación Precursora? No entiendo, ¿una generación que ama a Dios con un amor radical que odia el pecado? ¿Una generación que preparará la senda para la segunda venida de Jesucristo?
Las palabras continúan, son los sonidos de la libertad: “Isaías 40 no se cumplió con la primera venida de Cristo. No se cumplió completamente en el tiempo de Juan el Bautista. Este Juan venía con el espíritu de Elías”
“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente le verá; porque la boca de Jehová ha hablado” Isaías 40:3-5.
En mi espíritu comienza un gemir. ¡Yo soy, yo soy, yo soy parte de esta generación! Nací para anunciar la segunda venida del Mesías. Del Rey. Nací para ser parte de esta generación. Mis hijos verán al Rey en su Gloria.
Estamos en los comienzos de los comienzos dice la voz profética, no temas, la revelación aumentará. Mi techo será tu piso. ¡Tu revelación será mayor!
Todos somos llamados a ser parte de la Generación que preparará el camino del Señor.
La gloria de Dios no fue vista por toda carne en la primera venida del Mesías. Pero en su segunda venida sí le verá toda carne.
Cristo vendrá como Rey de reyes y Señor de señores.
La generación precursora vendrá con la unción de Juan el Bautista! Juan el Bautista entendió perfectamente su identidad.
Y tú, necesitas entender tu ADN espiritual, tu identidad espiritual generacional.
La generación precursora no se trata de un ministerio sino de un estilo de vida radical. Tendrán Santidad Radical.
¡Tendrán cero tolerancia al pecado! Vivirán en Santidad radical. No como legalismo sino que conocerán a Dios de tal manera que disfrutarán sus delicias, su plenitud y su gozo que preferirán los placeres que da Dios que los placeres del pecado.
Los placeres con Dios son superiores porque fuimos hechos para estar con Dios, así nos hizo Él mismo.
Mi corazón rebosa, mi corazón está por estallar. Mi espíritu gime. No puedo dejar de gemir. El llanto irrumpe en el salón de clases. Es mi propio llanto. Es mi gemir. Por primera vez en mi vida sé quién soy. Sé que fui llamada a estar en su presencia. Siento su presencia viva en mi ser. Me acompaña a donde quiera que voy.
e dirijo a mi habitación, no puedo parar de llorar, de gemir. La clase terminó. Mis ojos están hinchados, se han secado de tanto llorar, pero su presencia me llena, irrumpe en mi ser, estalla mi espíritu dentro de mí diciéndome ¡sí, esa soy yo!, para esto fui creada. Ahora entiendo todo!
¡Señor, que mi corazón disfrute tus delicias al grado que el pecado sea completamente borrado de mi ser! No quiero pecar, no quiero dañar esta relación contigo. No quiero vivir ni un día fuera de tu voluntad. Sólo quiero saberte dentro de mí, conocerte más cada día, de tal manera que al estar contigo mi ser aborrezca el pecado y la maldad.
Por fin llego a mi cuarto y sigo clamando por ti. Tu presencia está conmigo todo el día. ¡Te amo Cristo! Eres todo para mí. ¡Quiero verte! ¡Estoy completamente enamorada de Ti! Mejor es un día en tu presencia, que mil fuera de ella. –Salmo 84:10.
Ahora sé quién soy. La generación precursora no es cuestión de edad,
sino de corazón.
Soy una precursora… soy aquella que preparará el camino delante del Señor.
¡Soy La Novia, soy su Amada, estoy enamorada del Rey y Él me ama a mí!
El mundo necesita conocerte Señor, enamorarse así de ti. Y nosotros proclamaremos tu verdad a un mundo que está perdido y que necesita conocer tu bondad y tu amor.
¡Jesucristo viene por una
Iglesia Santa, Pura,
Sin Mancha, ni arruga!
¡Tú y yo somos La Novia!
Basado en la Clase de Casa de Oración y el Cayado del Pastor por Kevin Grimm. Septiembre 14, 2006.
Testimonio Personal por: Naara Lizbeth González Oloarte
Alumna de 1er semestre. Turno matutino.
Agosto-Diciembre 2006
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