Marzo 11, 2008.
Por Naara González. Tampico, Tamaulipas. México.


Dos tipos de personas – ¿Cuál soy yo?


Cuando Cristo habló la parábola del trigo y la cizaña también dio su explicación.  Él dio todos los datos para su interpretación.  Mateo13:24-30 y 36-43.


El tiempo de la siega: El fin del siglo (el fin del tiempo de la gracia) (vs 39)
El que siembra la buena semilla: Cristo, el Hijo del Hombre (vs 37)
El enemigo que siembra la cizaña: El diablo (vs 39)
El campo: El mundo (vs 38)
La buena semilla: Los hijos del reino (vs 38)
La cizaña: Los hijos del malo (vs 38)
Los segadores: Los ángeles (vs 39)

Es importante que tengamos en mente lo que es el trigo y sus funciones. Asimismo, lo que es la cizaña y lo que podamos decir de ella.

1. En cuanto al trigo podemos decir que según el diccionario de la Real Academia Española, es una planta gramínea con espigas terminales compuestas de cuatro o más carreras de granos. El trigo es la fuente de harina con la que sea hace el pan. Hay muchas especies e innumerables variedades de trigo.

También es importante añadir que su harina es útil para todos y en la alimentación general en todo lugar. Es casi imposible ignorarlo. El germen de trigo también proporciona gran aporte de vitaminas y antioxidantes que el cuerpo necesita. El trigo era cultivado en Babilonia, Egipto, Mesopotamia, Palestina y otros lugares.

2. En cuanto a la cizaña, también es una planta gramínea. 
Ésta es muy parecida al trigo, hasta que desarrolla la espiga. Tiempo en el cual se puede ver la diferencia. Su harina es venenosa. Según la RAE, se cría espontáneamente en los sembrados y su semilla es venenosa.
http://www.rae.es/ (Real Academia Española)

Después de conocer un poco más sobre el trigo y la cizaña podemos darnos cuenta que ambas dan semilla (o germen) que puede producir harinas, sin embargo una es nutritiva y la otra es venenosa. 

Una preserva la vida, la otra lleva a la muerte.

Una es plantada con determinación. La otra es plantada ocultamente. 

Una es deseada para obtener su semilla. La otra es temida ya que no se desea que su semilla se confunda y se coma.

Cristo enseñó que nosotros, tú y yo seremos trigo o cizaña. Hijos del reino o hijos del malo. En el mismo lugar donde habitan los hijos de Dios, habitarán los hijos del malo. El mundo es ese lugar.

¿Cuál es la diferencia entre el trigo y la cizaña? Los hijos de Dios producen vida. Los hijos del malo producen muerte. El poder de la vida y la muerte están en la lengua. Como hijos de Dios no podemos hablar lo bueno y lo malo, Dios quiere que hablemos bendición.

Cristo dijo que podríamos diferenciar entre el trigo y la cizaña hasta el tiempo en que ambas han de dar fruto. Cristo mismo nos enseñó a ver la diferencia entre el árbol bueno y el árbol malo. Diciendo que por sus frutos los conoceríamos. Necesitamos aprender a discernir, mas no a desechar. Ya que, no es nuestra labor, como cristianos, hacer una separación entre el trigo y la cizaña. ¿Cómo pues tú sabrás si por tu testimonio harás convertir a tu prójimo? 

No es nuestra labor arrancar la cizaña y echarla al fuego. No es nuestra labor separar a los hijos de Dios de los hijos del malo. Solamente es nuestra labor como hijos de Dios con autoridad delegada por Dios mismo, que advirtamos las diferencias y que cuidemos el trigo. 

Cuando ambas plantas son pequeñas no se nota la diferencia. Sólo al momento de dar fruto (semilla). Sin embargo, el corazón de Dios es esperar al máximo.  Deseando que haya conversión de la cizaña y Dios mismo la convertirá en trigo bueno, listo para ser procesado y dar vida.

Dios no tiene por suma urgencia arrancar la cizaña y tirarla al fuego. Su extrema urgencia es que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

No estoy diciendo que permitamos que la cizaña dañe nuestros campos, pero Dios sabía que crecerían juntos el trigo con la cizaña y por amor al trigo decidió no arrancar la cizaña.

Tampoco estoy a favor de pensar que la maldad deba ser ignorada.  Dios mismo en el Libro de Ezequiel en el capítulo nueve, nos enseña que los justos claman por las maldades e injusticias que se hacen en la ciudad y que esto agrada al corazón de Dios.

Por Naara González.
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